La literatura mesopotámica: generalidades

La literatura mesopotámica: generalidades

La literatura mesopotámica se llama así por desarrollarse en Mesopotamia, un territorio situado entre los ríos Tigris y Eúfrates que estuvo habitado a partir del año 3000 a.C por distintos pueblos frecuentemente enfrentados entre sí por controlar el territorio

Primera época sumeria (3000-2350 a.C.)

Los sumerios eran un pacifico pueblo de agricultores a quienes debemos, entre otras cosas, la invención de la escritura. Fundaron también las ciudades-estado de Ur, Uruk y Lagash.

Haciendo uso de la escritura fueron la primera civilización que dejó constancia de su pensamiento, su religión, sus mitos y, en definitiva, su forma de vivir. Estos primeros textos escritos se pueden clasificar en:

  • Documentos administrativos: textos legales y económicos.
  • Documentos literarios de carácter religioso: textos de contenido legendario y mítico que cuentan las hazañas de héroes y dioses.
  • Documentos de carácter didáctico: textos proverbiales, que muestran sus modelos de conducta.

Además de la escritura, los sumerios dominaban las artes astronómicas y lo hacían de forma bastante precisa. Ellos se reirían mucho de los actuales terraplanistas porque ya disponían de datos que demostraban que la Tierra es esférica y que el Sol es el centro del sistema solar. Se cree también que los sumerios fueron los primeros los inventores de la rueda.

Época acadia (2350-2100 a.C.)

Sargón I, el primer conquistador

Dirigidas por el rey Sargón, las tribus nómadas de los acadios invadieron Mesopotamia y asumieron en lo fundamental la cultura y las tradiciones sumerias.

A los acadios les debemos la creación de un sistema de numeración sexagesimal, que se aplicó a la medida del tiempo y que es el mismo que utilizamos en la actualidad para medir el tiempo (horas, minutos y segundos) y ángulos (grados principalmente).

Los escribas acadios perfeccionan el lenguaje escrito estableciendo fórmulas para la redacción de textos, acuñando frases que encierran una imagen y se repiten sin variaciones (los epítetos épicos: frases que describen a un personaje y que aparecen siempre que este se cita en el texto).

Segunda época sumeria (2100-1950 a.C.)

Tablillas del Poema de Gilgamesh

En torno al año 2000 a.C. aparece el primer texto literario de la historia: el Poema de Gilgamesh, que cuenta las aventuras de este mítico monarca de Uruk, conocidas desde hacía mil años y fijadas en este momento.

Imperio babilónico (1730-1530 a.C.)

El rey Hammurabi y la estela con el código

Prosiguen las invasiones y Mesopotamia vive un periodo de inestabilidad que dura aproximadamente 200 años y que concluye con la llegada al poder del rey Hammurabi (1730-1685 a.C.) quien impone un riguroso orden político y social, centraliza la administración, establece un calendario único, convierte al dios Marduk en la principal divinidad y redacta un corpus legal, el Código de Hammurabi (1700 a.C.), que ha llegado hasta nosotros grabado sobre una estela de piedra.

Imperio asirio (1356-612 a.C.)

Assurbanipal

La invasión de los hititas inaugura un nuevo periodo de confusión que se cierra con el triunfo de los asirios. El periodo más brillante de la cultura asiria fue probablemente alcanzado por el rey Assurbanipal (669-626 a.C.). La suerte ha permitido hallar buena parte de la biblioteca de este monarca en Nínive. Asurbanipal había reunido en ella cuanto sobrevivía de la literatura mesopotámica desde los primeros tiempos sumerios. El rey ordenó que se copiaran todos los textos en tablillas de terracota, con una marca que indicaba el número de tablilla correspondiente a la obra original y otra que mostraba de dónde venían y a qué género pertenecían.

Se encontraron más de 25000 tablillas, muchas de las cuales eran descritas por los escribas como copias de «textos de antaño». Una de estas tablillas incluía una enigmática frase del mismo Asurbanipal:

El dios de los escribas me ha concedido el don de conocer su arte.
He sido iniciado en los secretos de la escritura.
Puedo incluso leer las intrincadas tablillas en sumerio;
comprendo las enigmáticas palabras talladas en la piedra
de los días anteriores al Diluvio.

La escritura cuneiforme

Se llama así por el instrumento de escritura que se utilizaba: la cuña (cuneus en latín). La cuña se hacía con pequeños juncos, tallados de forma triangular. El escriba hacía marcas con la cuña en una tabla de arcilla que luego se secaba y se guardaba celosamente en una especie de primitivas bibliotecas, escrupulosamente organizadas, que servían para el aprendizaje de futuros escribas. Estas bibliotecas pertenecían a la escuela de cada ciudad o, a veces, a colecciones particulares.

Las tablillas, en principio, eran pequeñas y más o menos cuadradas, y solo recogían un dato; pero, conforme se fue complicando la sociedad y la administración, se fueron agrandando y se estructuraron en columnas y líneas que indicaban la serie y el número de la tablilla para su correcta catalogación, el texto y el colofón que contenía a su vez la primera línea de la siguiente tablilla, el propietario, el año del reinado del soberano correspondiente, en ocasiones los títulos del iismo, la ciudad de la escuela, el nombre del escriba y, raramente, el autor de la obra.

Esta escritura surgió como un sistema de pictogramas que evolucionó hacia la simplificación y la abstracción dando lugar a lo que actualmente conocemos como escritura cuneiforme.

El alfabeto sumerio fue adaptado para la escritura de las lenguas acadia, elamita, hitita y luvita e inspiró los alfabetos del antiguo persa y el ugarítico.

Mitos y leyendas mesopotámicos

Los acadios asumieron las tradiciones sumerias, incluyendo sus mitos, que más tarde pasaron a los babilonios y a los asirios. Los textos cuneiformes que contienen los mitos sumerios se escribieron durante el reinado de la III dinastía de Ur, o en la época siguiente, en diversas ciudades de la región, en especial en Nippur.

En estos textos, los escribas y pensadores de la III dinastía de Ur dejaron constancia del sistema cosmológico y teológico que pasaría a ser el credo y dogma fundamentales del Oriente próximo. En muchos casos, los documentos plantean dificultades de interpretación y los mitos sumerios no presentan uniformidad, ya que los principales centros religiosos desarrollaron ciclos independientes con deidades propias como protagonistas. No obstante, la mitología que evolucionó con los sumerios tiene un carácter homogéneo y ofrece un cuadro de un orden mundial armónico en el que la creación y el panteón surgieron pacíficamente del mar primigenio, el hombre fue hecho para servir a los dioses y el universo puede controlarse y mantenerse gracias a unos decretos divinos inmutables, los me.

El mito de Adapa

Uno de los siete sabios de la prehistoria, Adapa, era sacerdote de Ea en la ciudad de Eridu. En una ocasión, el viento del sur volcó su barca de pesca. Adapa maldijo al viento y le impidió que soplase, de modo que la tierra no recibía la humedad. Anu, el dios supremo, llamó a Adapa al cielo para que se justificase. Ea le aconsejó cómo podía aplacar al dios y le dijo que no bebiera ni comiera nada de lo que Anu le ofreciera, porque sería la comida y la bebida de la muerte. En realidad, Anu iba a ofrecerle el agua y el alimento de la vida que le proporcionarían la inmortalidad, pero Adapa siguió el consejo de Ea y no probó nada. Cuando Adapa rechazó los regalos, Anu se echó a reír y lo devolvió a la tierra.

La leyenda de Anzu

El juicio de Anzu en un cilindro-sello. En él se representa a Anzu juzgado por Ea tras haber robado las Tablas del Destino

El dios-pájaro Anzu, que moraba en los Infiernos, robó al dios Enlil las Tablas del Destino, que otorgaban a quien las portaba el dominio sobre el universo. El dios supremo Anu pidió a dos dioses que lo mataran, pero estos se negaron, temerosos del supremo poder que poseía Anzu. Finalmente, Ninurta, hijo de Enlil, se enfrentó a Anzu, lo venció y logró recuperar las Tablas del Destino.

El mito de Ishtar y Tammuz

La diosa Ishtar

Ishtar es la diosa suprema del amor sexual y la fertilidad, también es la diosa de la guerra, ya que se la considera «la señora de las batallas». El mito más importante en el que aparece es el de su descenso a los infiernos.

Ishtar, señora del firmamento, poderosa diosa del amor y de la guerra estaba casada con su hermano, Tammuz, pero desafortunadamente durante una cacería Tammuz murió por el ataque de un jabalí. Ishtar decidió entonces descender a los infiernos para arrancarle a su hermana, la terrible Ereshkigal, el poder sobre la vida y la muerte.

En los infiernos debía atravesar siete puertas, en cada una de las cuales depositó una prenda de ropa y una joya hasta quedarse completamente desnuda y desprovista de todos los poderes que estos objetos simbolizaban. De esta manera le resultó fácil a su hermana asesinarla y colgar su cuerpo de un gancho. .

La desaparición de la diosa de la fertilidad y del amor provocó que no hubiera nacimientos en la tierra y que la naturaleza se secara, así que el dios Enki, con la suciedad acumulada en sus uñas creó dos seres asexuados y les entregó la Planta y el Agua de la Vida. Estos seres descendieron a los infiernos y revivieron a la diosa.

La diosa Ereshkigal no quería dejar salir a Tammuz pero al final aceptó un trato: Tammuz ocuparía el lugar de Ishtar durante la mitad del año, meses en los que la pena de su amada provocaba el invierno y el resto del año se reunían y la felicidad de Ishtar hacía florecer la tierra.

El mito babilónico de la creación

Al principio nada existía, salvo Apsu, el océano de agua dulce, y Tiamat, el océano de agua salada. De su unión surgieron una serie de dioses que culminaron con los grandes dioses Anu y Ea, que engendraron a Marduk.

Surgió un conflicto entre los dioses más jóvenes y las deidades primordiales. Ea mató a Apsu y Tiamat decidió vengarse. Reunió una horda de monstruos feroces como el hombre-escorpión, con su hijo Kingu a la cabeza, a quien invistió con las Tablas del Destino, equivalentes a los me sumerios.

Varios dioses trataron de someter a la diosa Tiamat, pero no lo lograron hasta que los otros dioses eligieron a Marduk como jefe. Marduk derrotó y mató a Tiamat y dividió su cuerpo en dos, con una mitad formó el cielo y con la otra la tierra. Le arrebató la Tabla del Destino a Kingu, lo mató y creó a la humanidad mezclando la sangre de Kingu con tierra.