La poesía china

Después del Shi Jing hubo un par de siglos sin ninguna producción relevante en el campo de la poesía, hasta que en la etapa de los Reinos Combatientes surgió en el sur de China otra colección de poemas, el Chu Ci (Elegías de Chu), atribuida a Qu Yuan y considerada el otro gran monumento primigenio de esta lírica.

El poeta Qu Yuan

Qu Yuan, que vivió aproximadamente entre el siglo VI y el III A.C. Nació en una familia de linaje noble, contó con la confianza del rey de Chu en los primeros años de su carrera y ocupó diversos cargos políticos. Sin embargo, sus ideas políticas, su capacidad y su empeño en la rigurosa aplicación de las leyes chocó con las fuerzas conservadoras de la nobleza. Debido a sus intrigas, Qu Yuan cayó en desgracia y fue desterrado dos veces a lejanas tierras salvajes, donde escribió la mayor parte de sus obra poética. En el 278 a.C. viendo que el reino iba a caer en manos de la dinastía Qin, cayó en profunda desesperación y se suicidó arrojándose al río Miluo. Se cuenta que al enterarse de la noticia, la gente se congregó en barcas en el río tocando gongs y tambores para ahuyentar a los peces y arrojándoles comida para que no tocaran el cuerpo del poeta. Así fue el origen de la fiesta tradicional china la Barca del Dragón, que se celebra todos los años el día 5 de mayo.

Podéis ver un vídeo donde explican el origen de esta fiesta:

Y en este otro vídeo, podéis ver imágenes de la celebración actual de la fiesta:

Los poemas de este libro están escritos en dialecto de la región de Chu y hablan de mitos, leyendas, tradiciones, paisajes reales y fantásticos y plantas locales y exóticas. A diferencia del Shi Jing, su lenguaje es extremadamente culto y cuidado.

Su obra maestra es Li Sao (Dolor de la lejanía ) un poema escrito a raíz de su exilio. Este texto es el poema clásico chino más antiguo y también el más largo. Sus 2477 caracteres en 373 versos constituyen una autobiografía sazonada de metáforas y analogías. En él expone la oscuridad y decrepitud de los gobernantes y presenta una imagen de sí mismo como un patriota que busca la verdad, se enfrenta a las dificultades y la persecución, y ama a su país y sus gentes.

Mi familia desciende del emperador GaoYang; 
mi venerable padre se llamaba Po Yong.
Nací al principio de la primavera, el día keng ying,
de la primera luna del año ying
Mi padre asistió a mi nacimiento;
me dio bonitos nombres:
Zhengze como nombre de leche
y Lingjiu como nombre de pila.

Llevo en mí todo lo que hay de bueno en la naturaleza,
poseo además grandes capacidades.
Me cubro de silonia (1) y de angélica (2),
ato las flores de orquídeas otoñales para hacer pendientes.
¡Mis años corren de prisa,
temo no poder ayudar a tiempo al príncipe!
En la mañana, recojo la flor de magnolia en el monte Pi
y en la tarde, la hierba invernal sobre los islotes.
El sol y la luna no detienen jamás su curso,
la primavera y el otoño se suceden.
Viendo los árboles desnudarse y amarillear las hierbas,
temo ver ajarse el encanto de la hermosura.
¿Por qué ella no aprovecha su madurez para escardar el césped?
¿Por qué no cambia de actitud?
Montaré sobre corceles de raza divina y la conduciré…
Solamente los traidores reunidos no piensan que la ruta
es sombría, estrecha y peligrosa para sus intereses.
¿No osaré correr los riesgos?
¡Temo que la carroza real esté en peligro!
En todos los sentidos, la voy a vigilar;
espero seguir las huellas de los reyes de antaño.
Pero el príncipe no necesita mi fidelidad;
creyendo en las calumnias, se irrita bruscamente.
Entiendo los conflictos de ser fiel,
pero mi corazón está decidido y no puedo dudar.
Si, para obtener la equidad, hablo con Kou Dian,
es siempre a causa de la Energía Clarividente.
Al inicio, ella se entiende bien conmigo;
después procura evitarme.
¡La abandono sin dificultad
y me apiado de su inconstancia!

Dispongo de nueve acres de tierra para cultivar las orquídeas,
de cien cordeles para los melilotos(3)
y de una caballería para los dulces líquenes y el ginseng
mezclados con las azaleas y las fragantes angélicas.
Yo les deseo prosperidad;
las recogeré cuando llegue el momento.
Sin embargo, ¿qué me importa su bienestar?
¡Sólo tengo piedad de las flores marchitas!
Los oportunistas se arrastran para conseguir sus fines,
su avidez resulta insaciable.
Midiendo a los demás según sus propios sentimientos,
sienten celos de los hombres honestos y capaces.
Se precipitan, se atropellan por alcanzar su fin mediocre.
Pero yo apenas si me ocupo de mis asuntos;
la vejez se aproxima cada vez más
y tiemblo porque mi reputación no sea restablecida.
Al alba, bebo el rocío depositado en la magnolia;
al crepúsculo, pruebo los pétalos caídos de los crisantemos.
Si mi ideal era en verdad justo y hermoso
soportaré el hambre largo tiempo y sin daño.
Con un pequeño pedazo de madera sujeto el tallo de la valeriana;
vigilo los granos maduros del ricino.
Podo el follaje del cinamomo (4)
y adecento el de la hiedra y el esparto.
Tomo por modelo de fidelidad a los sabios antiguos
que mis contemporáneos ya no respetan.
Si mi fidelidad no conviene a mis contemporáneos,
quiero imitar a PengXian.
Suspiro largamente, lloro;
sufro los males de la vida.
A pesar de mi perfeccionamiento moral,
viviendo bajo el yugo de otros,
aconsejo al soberano día y noche, y ya fui exilado.

Estando en el exilio, llevo siempre melilotos y valeriana;
si la elección de mi corazón dictó mis pasos,
incluso aunque muera y resucite nueve veces
¡no me lamentaré de nada!
Guardo rencor a la Energía Clarividente por sus indiferencias,
hasta el final, no ha examinado bien mi corazón.
Muchas mujeres, celosas de la belleza de mis cejas,
me acusan falsamente de conductas livianas.
Los artesanos de nuestros días son en verdad hábiles:
sin inquietarse de la forma cuadrada o redonda, la cambian,
contrarios al uso de la regla, siguen las curvas;
sin tomarse en serio la solidez, se atreven a construir espaciosas mansiones.
Triste, desesperado, vegeto en esta época.
¡Mejor moriría antes que imitarlos!
Las aves de rapiña no se agrupan,
esto es así desde la antigüedad.
¿Cómo es que el círculo podría ser cuadrado?
¿Cómo se entenderán quienes no tienen iguales principios?
Contengo mi corazón, me reservo mis opiniones,
soporto las injurias, esperando encontrar la ocasión de ahuyentar a los perjuros.
Morir conservando la pureza de su conducta
es la actitud que los antiguos sabios preferían.
Me arrepiento de no haber elegido conscientemente mi camino;
permanecí largo tiempo de pie, voy a retirarme.
Voy a dar media vuelta hacia mi carroza,
mi extravío no es de muy larga duración.
Dejo a mi caballo marchar suavemente por la pradera cubierta de orquídeas,
subo a una colina y me tiendo a descansar.
Retornaré a la corte cuando esté seguro de no encontrar allí nuevas miserias;
al alejarme de la corte, llevo mi vida de antaño.
Acopio hojas de castaña y de loto, y flores de hibisco
para confeccionar mis vestimentas.

Cada persona a su gusto;
yo he elegido el perfeccionamiento moral.
Incluso si se me desmembrara, jamás renunciaría a él;
¡mi corazón es irreprochable!
A propósito de mi exilio, mi hermana
me ha reñido más de una vez.
Me dice: “A causa de su terquedad,
Gouen fue condenado a muerte.
¿Por qué quieres, en contra de las costumbres de nuestra época,
ser fiel y perfeccionar tu moral?
¿Por qué deseas tú semejante perfeccionamiento?
Las malas hierbas inundan la sala;
tú las apartas, te conduces de una forma diferente
¿y luego te asombras de sus calumnias?”
¡Ay! ¡Ay! ¿A quién puedo confiar mi pena?
¿Quién la comprenderá?
Mis contemporáneos se relacionan fácilmente,
¡sólo yo soy un incomprendido!
Me postraré delante del Cielo, le expondré mis ideas,
porque, revisando el pasado histórico, he descubierto el buen camino.
El joven dragón y el fénix arrastran mi carro.
Sobrevuelo el polvo terrestre y me dirijo al firmamento.
Por la mañana salgo de ZangWu,
y por la tarde arribo a Xuan Pu.
Al pasar por encima del palacio, quisiera detenerme un momento,
pero ya el sol desciende y va a caer el crepúsculo.
Le ordeno a Xi Huo detener el carro un instante.
Me guían hacia la montaña YenZeu,
y no me apresuro.

El itinerario es largo e incierto,
voy a subir al cielo para distinguir la mejor ruta
y luego descenderé para seguirla.
Delante de mí, Wang Zhou conduce la tripulación,
detrás, FeiLian nos sigue.
Con mi escolta tan numerosa,
con mi tripulación tan solemne,
le solicito a Di Hun abrir el Paraíso;
inmóvil, apoyado en la puerta, él me mira y no responde nada.
El tiempo es muy sombrío.
Mis pasos dudan, yo le doy mi amistad a las orquídeas.
La anarquía reina sobre este mundo,
los celos, las intrigas, abruman a las personas honestas.
Mañana atravesaré el río Po
y descenderé desde la cumbre de Lang Feng.
De pronto, al volver la cabeza, reparo en mi país natal y mis lágrimas corren…
Visito rápidamente el Palacio de la Primavera,
donde tomo una rama de jade (5) para completar mi atavío.
Me aprovecho de la floración que no termina todavía,
y busco a aquellos a quien pudiera hacerle regalos.
Dirijo a Fung Long, con su carro de nubes,
al encuentro de la diosa Mi
Le doy como presente mi cinturón;
envío a JianJiu como intermediario.
Mis adversarios se juntan alrededor de la diosa y me calumnian de nuevo;
ella rechaza mi demanda bajo el pretexto de que habita en un sitio retirado
y no sabría cambiar de domicilio.

Ella permanece, por tres noches, en Chong Zhe;
todas las mañanas lava sus cabellos en el río Lai Pan.
Ella cultiva su belleza de la cual está ufana;
todo el día se divierte y deja pasar el tiempo.
A pesar de ser bella, la diosa se muestra demasiado altiva
y la abandono para ir en busca de otra.
Advierto en lo alto de la Terraza de Jade
a la hermosa mujer del país de You.
Le encargo al halcón que sea mi intermediario.
A su regreso, él me delata alevosamente las difamaciones.
El macho de la tórtola, encargado de mi misión, huye cantando.
Desprecio, a pesar del canto, su ligereza.
Mi corazón está lleno de duda,
por tanto, según los ritos, yo no sabría ir hacia ella por mí mismo.
Este hombre perfecto como el fénix presenta los obsequios a la bella,
pero GaoSing la desposará ciertamente antes que yo.
Bien que viajaría yo a un país lejano, pero ¿adónde ir?
Entonces paseo negligentemente para matar mi hastío.
El gineceo (6) es profundo, lejano para mí;
el eminente rey no me comprenderá.
¿Cómo expondré mi fidelidad?
¿Me gustaría morir de esta manera en este país?
Preparo los tallos de muérdago y los trozos de bambú,
le ruego a LingFen que prediga mi suerte.
Dice: “Las dos cosas bellas deberían entenderse:
¿quién puede creer que para acercarlas sea necesaria la partida?”
Dice también: “Pienso que en una extensión como la de los nueve continentes,
él no carece de mujeres bellas.”
Me aconseja por fin: “Intenta viajar a países lejanos,
para encontrar allá una criatura seductora.
En todas partes crecen las plantas aromáticas,
¿por qué te apegas tanto a tu país natal?”
¡Ay! La época está turbia, los gustos están perturbados,
¿quién juzgará equitativamente mis cualidades y mis defectos?
Los afectos de cada persona difieren por ley natural de los de otra;
sólo esos cortesanos tienen preferencias extrañas:
llevan, como perfume, la artemisa (7)
¡y pretenden que la flor de orquídea no es digna de ese empleo!
Yo había contado con el apoyo de Lan;
engañado por su apariencia, he descubierto en él la falta de fe.
Él descuida a los hombres capaces como si fueran iguales que los cortesanos
y declara querer reunir a estos últimos alrededor del trono.
Jiao, ambicioso y adulador,
rellena su talego de perfumes con el cornejo.
Él no desea otra cosa que ascender,
cómo tendría respeto al olor exquisito.
Después que LingFen me ha sugerido los grandes viajes,
escojo un día favorable y parto.
Unzo al dragón volante a mi carro de jade y de marfil.
Los corazones de los traidores no armonizaron jamás con los de los hombres fieles;
me exilio por mi propia voluntad.
En la mañana, abandono TianJin,
por la tarde llego a Si Gei.
Los fénix idolatran mis banderas
y planean dulcemente.
De repente, abordo la Arena Movediza,
sigo el curso del Río Rojo.
Por orden del Dios del Oeste
los dragones construyen para mí puentes sobre el Mar Occidental.

La ruta es larga y llena de dificultades;
prescribo a las carrozas de mi tripulación tomar el trayecto más corto,
ellos rodean la montaña BuZhou, se dirigen hacia el oeste
y me alcanzan a la orilla del mar.
Expongo mis mil carrozas
cuyos ejes son de jade.
Los ocho dragones serpentean y tiran de mi carro,
los inmensos pendones de nubes lo sombrean.
Conduzco lentamente, no me dejo inflamar por ese lujo;
mis pensamientos alzan vuelo hacia horizontes lejanos,
término de mi viaje aéreo.
Ejecuto los Nueve Cantos y danzo al son de la música de Zhao,
aprovechando mis ratos de ocio gozo de los placeres que me dan.
Me elevo hacia el luminoso firmamento;
a menudo, bajo la cabeza y puedo ver mi país natal.
Entonces, atrapado por la nostalgia, mi cochero se entristece
y mi caballo no quiere avanzar.
Al respecto, concluyo: “¡Ay! ¡Ya es un hecho!
En este país nadie me comprende;
¿qué es entonces lo que me ata todavía a la capital?
Puesto que no puedo tomar parte en la política y mejorarla,
voy a seguir las huellas de PengXian.”

[Versión realizada por Jesús David Curbelo, en su artículo Qu Yuan, primer gran poeta chino, aparecido en la revista digital Rialta]  

(1) Planta herbácea vivaz, de la familia de las cucurbitáceas, con tallos de dos a tres metros de largo, trepadores, vellosos y con zarcillos en espiral, hojas ásperas, pecioladas, grandes y partidas en cinco gajos, como las de la parra, flores dioicas, de color verde amarillento, axilares y pedunculadas, por fruto bayas encarnadas. Muy común en España.

(2) La angélica (Angelica archangelica), nativa del norte de Europa, es una planta escultural con vistosas inflorescencias en verano. Es utilizada para tratar resfriados y bronquitis y contra la indigestión.

(3) Meliloto: el trébol dulce, trébol de olor amarillo o meliloto amarillo es una especie herbácea perteneciente a la familia de las leguminosas, que se cultiva como planta forrajera.

(4) Cinamomo: árbol de copa dilatada, ramas muy frágiles, hojas caducas, formadas por varios pares de folíolos con los márgenes dentados y flores pequeñas y perfumadas de color lila, con cinco pétalos y agrupadas en grandes espigas; puede alcanzar hasta 15 m de altura.

(5) Jade: Crassula ovata, comúnmente llamada árbol de jade, es una planta suculenta originaria de Mozambique y algunas de las provincias sudafricanas

(6) Gineceo: zonas de la casa ocupadas por las mujeres.

(7) Artemisa: la artemisa es una especie de planta de la familia de las asteráceas del género Artemisia. Ocasionalmente llamada artemega, ceñidor, yuyo crisantemo, hierba de San Juan y madra

Otro de sus poemas más famosos se titula Preguntas al Cielo, en el que hace 173 preguntas acerca del cielo, la tierra, los dioses y la humanidad, exhibiendo sus conocimientos de astronomía, geografía, historia, filosofía y religión. Estas preguntas buscan respuestas a su escepticismo sobre las leyendas antiguas, los fenómenos naturales, el ascenso y declive de las dinastías y la venganza.

Leamos ahora otro fragmento de un poema de Qu Yuan:

SOBRE EL RÍO

El Fénix hoy es un mendigo. Los cuervos son 
dueños de los cementerios. El jazmín se secó.
Lo inmaculado, turbio; lo turbio, inmaculado.
La luz pura es penumbra. Oscuridad es el día.
Estoy triste... Me largo de aquí...

Los poetas de la dinastía Han

Durante los 400 años de la dinastía Han (206 a.C.- 220 d.C.), las tendencias realista y romántica dieron lugar a nuevas escuelas poéticas. Los versos de Chu, de formas irregulares, fueron el comienzo de un nuevo género literario, el fu, o poema en prosa. Más tarde, la poesía china se enriqueció con canciones populares recogidas por el Yüeh-fu —la Oficina de la Música—, una institución fundada en el siglo II a. C., encargada de recopilar o escribir las letras de las canciones populares. Más tarde se aplicó el término a imitaciones o adaptaciones posteriores de los poemas de la Oficina de la Música.

Algunos de los poetas de la época Han fueron muy conocidos, pero otros muchos publicaron sus versos de forma anónima, incluidos los poetas de las colecciones de la Oficina de la Música, con las Diecinueve Canciones Antiguas, inspiradas en la tradición de las baladas populares. Entre los poetas más conocidos de esta época están Zhang Heng y Liu Xian.

El poeta Zhang Heng y su sismógrafo

Zhang Heng (78 -139 ) fue un reconocido científico y humanista. Es famoso por inventar un telescopio y un primitivo sismógrafo, entre otros muchos descubrimientos científicos, no en vano se le denomina el «Leonardo da Vinci oriental».

Provenía de una familia distinguida, pero no muy rica. Cuando tenía dieciséis años viajó al norte, en el camino se dice que pasó por unas aguas termales del monte Li, lo que lo inspiró para escribir uno de sus primeros poemas fu. Pasó cinco años en Luoyang instruyéndose en los clásicos de la academia imperial y relacionándose con los intelectuales de la corte.

Zhang fue empleado principalmente por su habilidad como escritor y desempeñó el cargo de Maestro de Documentos bajo Bao De, dedicándose a escribir numerosos documentos oficiales, cantos e inscripciones en nombre de su patrón. Cuando Bao De ocupó el cargo de ministro de finanzas, Zhang continuó su trabajo literario en su casa natal y escribió su famosa Rapsodia a la capital del Sur.

Xiao Tong, un príncipe de la dinastía Liang, inmortalizó varias de las obras de Zhang en su antología Selecciones de la Literatura Refinada. Las Rapsodias de Zhang incluyen la Rapsodia a la capital de Oeste, Rapsodia a la capital del Este, Rapsodia a la capital del Sur, Rapsodia en la contemplación del misterio y Rapsodia sobre el retorno a los campos. Estos últimos unen ideas taoístas con el confucianismo y son precursores de la poesía china de tema metafísico.

Un conjunto de cuatro poemas líricos breves (shi), con el título de Cuatro baladas de cuita, también se incluyen en el prefacio de Zhang. Son algunos de los primeros primeros poemas escritos en versos heptasílabos de la poesía china. En ellos Zhang Heng se lamenta de que es incapaz de festejar a una mujer hermosa debido al impedimento de montañas, nieves y río. Algunos críticos han creído ver en esto una metáfora de la dificultad de mantenerse en contacto con el emperador, debido a los rivales indignos:

La dama que quiero está en el monte Tai.
Pienso ir a verla, mas es difícil el paso Lianfu.
Miro hacia el Este y las lágrimas se me caen en la túnica.
La bella me ha dado una espada incrustada de oro.
¿Con qué voy a obsequiarla? Con hermosos jades.
Pero el camino es largo y no puedo enviárselos.
Me quedo aquí, triste y desesperado.

Mi amor está en Guilin.
Quiero ir a verla, mas profundo es el río Siang.
Miro hacia el Sur y las lágrimas me humedecen la chaqueta.
La bella me dio un laúd adornado de piedras preciosas.
¿Con qué voy a obsequiarla? Con dos platos de jade.
Pero el camino es largo y no puedo enviárselos.
Me quedo aquí, triste y desesperado.

Mi amada está en Hanyang.
Quiero ir a verla, mas inmensas son las montañas de Long.
Miro hacia el Oeste, y las lágrimas me mojan la ropa.
La bella me dio un precioso abrigo de piel.
¿Con qué voy a obsequiarla? Con resplandecientes perlas.
Pero el camino es largo y no puedo enviárselas.
Triste y desesperado, lamento.

Mi adorada está en Yanmen.
Quiero ir a verla, mas fuerte es la nevasca.
Miro hacia el Norte y las lágrimas me empapan el pañuelo.
La bella me dio un rollo de brocado.
¿Con qué voy a obsequiarla? Con una mesa de jade.
Pero el camino es largo y no puedo enviársela.
Triste y desesperado, suspiro.

Poema incluido en Poesía clásica china (Madrid, Cátedra, 2002; edición y traducción de Guojian Chen). 

Los largos poemas líricos de Zhang revelan una gran cantidad de información sobre la trama urbana y la geografía básica. Su poema «Señor basado en nada» proporciona detalles sobre el terreno, palacios, parques de caza, mercados y edificios prominentes de Chang’an, la capital de Han del Oeste; así como descripciones de la vida de los emperadores Han. El enfoque de la escritura de Zhang en lugares específicos y sus terrenos, la sociedad, las gentes y sus costumbres podría considerarse un primer intento de categorización etnográfica.

En «Respondiendo a las críticas», Zhang fue un defensor del género literario shelum o discurso hipotético. Este género consistía en la creación de un diálogo entre el autor y una persona imaginaria que plantea al autor preguntas sobre cómo llevar una vida de éxito. En su obra Zhang explica que no ha obtenido un alto cargo porque ha preferido la virtud sobre la codicia por el poder.

El poeta Liu Xiang

Otro de los poetas de esta etapa fue Liu Xiang, un astrónomo, poeta, político, historiador y bibliotecario chino de la dinastía Han occidental. Era un especialista en historia, bibliografía literaria y astronomía. Es particularmente conocido por su trabajo en la catalogación y edición de la extensa biblioteca imperial. Se le atribuye el poema Nueve Lamentos (Jiu Tan), que aparece en las Canciones de Chu.

Durante los periodos de agitación política y social, desde el siglo III hasta VIII los poetas encontraron refugio y consuelo en el campo. Varios poetas se recluyeron en el campo para leer y escribir poesía y disfrutar del vino y la conversación.

Ruan Ji y los siete sabios del bosque de bambú

Los siete sabios del bosque de bambú con un asistente

Tradicionalmente se cuenta que un grupo de siete sabios deseaba escapar de las intrigas, la corrupción y la atmósfera sofocante de la corte. Estos siete sabios reunidos en un bosque de bambú disfrutaron y elogiaron en sus obras la vida sencilla y rústica. Los siete sabios enfatizan en sus poemas el disfrute de la cerveza, la libertad personal, la espontaneidad y la celebración de la naturaleza. El poeta más importante de este grupo fue Ruan Ji que siguió el estilo de la poesía Jian’an, desarrollando la poesía shi de cinco caracteres y dirigió los temas de la reclusión y la amistad hacia un tono más abstracto y simbólico. Su poesía de la naturaleza se centra en el paso del tiempo y en el ciclo de las estaciones; las aves son símbolos de libertad.

La reunión del pabellón de orquídeas

El Encuentro en el Pabellón de las Orquídeas

En el año 353, durante el Festival de Purificación de Primavera, cuarenta y dos escritores se reunieron en el Pabellón de Orquídeas para componer poemas y disfrutar del vino. Los escritores participaron en un concurso de bebida: las copas de vino flotaban en un pequeño arroyo sinuoso alrededor del cual estaban sentados los autores; cada vez que una taza se detenía, el hombre más cercano a la taza debía vaciarla y escribir un poema. Al final, veintiséis de los participantes compusieron treinta y siete poemas. El Prefacio (Lantingji Xu) de los poemas es particularmente famoso desde el punto de vista del arte de la caligrafía.

Las Canciones de la medianoche o Canciones Tzu-Yeh

También se conocen también como Canciones Tzu-yeh o estilo «Lady Midnight» a causa de una cantante del siglo IV. Se trata de una colección de poesía erótica dividida en cuatro partes, según las cuatro estaciones.

Tradicionalmente se consideraba que el conjunto original de poemas estaba compuesto por una mujer que vivió durante la dinastía Jin, otros estudiosos tienden a considerar que se trata de una colección de varios poetas y/o de la tradición popular; no obstante, el estilo compositivo de los versos era nuevo y sugiere un solo autor, probablemente la misteriosa Tzu-yeh. Leamos algunos de estos poemas, traducidos del chino por Sam Hamill

El amante del loto

Un loto verde sobre ondas de azul transparente:
las flores crecen rojas y nuevas.

¿Quieres coleccionar estas hermosas flores?
Te daré mi capullo de loto 
Y el final de la primavera

Tu partida puso fin a la primavera;
el anhelo arde a través de las olas de calor del verano.

¿Volveré a levantar mi vestido por ti?
¿Mi almohada alguna vez sostuvo tu hermosa cara?
Una sonrisa

En esta casa sin muros en una colina
los cuatro vientos tocan nuestros rostros.

Si te abren el manto de gasa,
intentaré ocultar mi sonrisa.
Canción

Los cielos invernales son fríos y bajos
con vientos fuertes y aguanieve helado.

Pero cuando hacemos el amor debajo de nuestra colcha
hacemos tres meses de verano de calor. 
No puedo dormir por el resplandor de la luna llena.
Creía escuchar aquí y allá
una voz llamándome, 
desesperadamente respondo "Sí" al aire vacío.

La Balada de Mulan

Seguro que muchos/as de vosotros/as habéis visto la película, pero quizá no todos/as sabías que está basada en una leyenda antigua que se recopiló en un poema del siglo VI.

Algunos estudiosos de la poesía china consideran que se trata de un poema anónimo, pero otros lo atribuyen a Tzu-Yeh; como es habitual, siempre que contamos estas cosas nos viene a la memoria la frase de Virginia Wolf que afirmó que la mayor parte de las obras «anónimas» fueron probablemente escritas por mujeres.

Sea como fuere La balada de Mulan narra la historia de una joven cuyo anciano padre es llamado a filas para combatir en las fronteras del imperio. La joven, llamada Mulan, decide hacerse pasar por un hombre y marchar al ejército a sustituir a su padre.

El texto original del siglo VI se ha perdido, pero se conserva una versión posterior del siglo XI, en una antología de baladas y canciones. Si os apetece leer el texto original en el que se basó Disney para su película, aquí está (en castellano, claro):

Los insectos celebran con su canto la tarde.
Mulán está tejiendo ante la puerta.
No se oye girar la lanzadera,
tan solo los lamentos de la muchacha.
Preguntan dónde está su corazón.
Preguntan dónde está su pensamiento.
En nada está pensando.
Anoche vio un edicto militar
el Khan está reclutando un gran ejército,
el edicto ocupa doce rollos
y el nombre de su padre figura en todos ellos.

No hay un hijo mayor para el padre,
un hermano mayor que Mulan.
"Yo iré a comprar un caballo y una silla,
yo acudiré a luchar por nuestro padre."
Ha comprado en Oriente un caballo de porte,
ha comprando en Poniente una silla y un cojín, 
ha comprado en el Sur una brida,
ha comprado en el Norte un buen látigo.

Al alba se despide de su padre y su madre;
cuando anochece, acampa junto al río Amarillo.
Ya no escucha la voz de su padre y su madre,
tan solo el chapoteo del caballo en el agua.
Al alba abandona el río Amarillo;
cuando anochece, llega a la Montaña Negra,
Ya no escucha la voz de su padre y su madre,
tan solo a los caballos relinchando en el monte.

Las ráfagas del cierzo traían son de hierro,
a la luz de la luna brillaban las armaduras.
Allí los generales luchando en cien batallas
morían, y después de haber dado diez años,
volvían a su casa, valientes los soldados.
Allí son recibidos por el Hijo del Cielo
que se sienta en la Sala de los Resplandores.

Le concede medallas por sus méritos muchos,
le ofrece alas de pato crujientes por millares.
El Khan le ha preguntado qué quiere hacer ahora:
"Mulán no necesita honores oficiales,
dame un burro robusto de cascos bien ligeros
y envíame de vuelta a casa de mis padres."

Cuando escuchan sus padres que su hija se acerca,
los dos salen a verla, dándose de codazos.
Cuando escucha su hermana que su hermana se acerca,
se arregla y se coloca delante de la puerta.
Cuando escucha su hermano que su hermana se acerca,
saca filo al cuchillo, sacrifica un cordero.

"He abierto la puerta de mi cuarto oriental,
y en el occidental me he sentado en la cama.
Me quité la armadura que llevaba en la guerra
y me he puesto la ropa que llevé en otro tiempo.
Delante del espejo, cerca de la ventana,
me he peinado el cabello enmarañado
y he adornado mi frente con pétalos dorados."

Cuando Mulan salió ante sus camaradas,
todos se sorprendieron, quedándose perplejos.
Doce años estuvieron con ella en el ejército
y ninguno sabía que era una muchacha.
Las patas del conejo saltan más,
los ojos de la hembra son algo más pequeños,
mas cuando ves un par corriendo por el campo,
¿quién logra distinguir al macho de la hembra?

Si os apetece oír la Balada de Mulan en su idioma original, podéis ver este vídeo. Es curioso:

El pavo real vuela hacia el sudeste

También atribuida por unos a Tzu-Yeh y considerada anónimo por otros, nos ofrece, como la Balada de Mulan, un modo distinto de enfocar el personaje femenino. La historia es larga, pero interesante y muy trágica con suegra malvada incluida. Animaos a leerla:

El pavo real vuela hacia el sudeste
y cada cinco li (1) vuelve la cabeza.
"A los trece años, aprendí a tejer,
a los catorce, a coser,
a los quince, a tocar el konghou (2)
a los dieciséis, a leer poesía y prosa,
y a los diecisiete me convertí en tu mujer.
Después, mi corazón se ha llenado de aflicción.
Tú, funcionario de la prefectura,
tienes un amor constante;
yo, tu indigna esposa, me quedo sola en el cuarto vacío;
nuestros encuentros son escasos.
Desde el primer canto del gallo, me pongo a trabajar;
hasta entrada la noche, no ceso de tejer.
Cada tres días termino un rollo de tela,
¡y aún tu venerable madre me acusa de perezosa!
Y no es porque yo no teja rápido,
sino porque ¡es de veras difícil ser nuera en tu familia!
Puesto que soy incapaz de servirte,
resulta inútil que permanezca aquí.
Deberías consultar a mis respetables padres
cuándo consideran oportuno que me envíes de vuelta con ellos."
El funcionario, al oír estas palabras,
va a buscar a su madre al salón y le dice:
"Ya mi destino no es tan brillante,
felizmente, me casé con esta mujer.
Al mezclar nuestros cabellos, nos convertimos en esposos,
y hemos jurado no separarnos hasta la muerte.
No hemos vivido juntos más que dos o tres años,
lo cual no es casi nada.
Si no se puede reprochar nada a la conducta de mi mujer,
¿por qué eres tan severa al juzgarla?"
Su madre respondió:
"Esta mujer es insolente,
ama la independencia.
Después de este tiempo, no estoy satisfecha de ella;
¿acaso osarás discutir conmigo?
Nuestro vecino del este tiene una hija virtuosa
que se llama Jin Lo-fou.
Ella es encantadora,
voy a pedir su mano para ti.
¡Devuelve de inmediato a tu mujer!
¡Bajo ningún pretexto intentes conservarla!"
Entonces el funcionario se prosterna y suplica:
"Con el mayor respeto, le hago saber, madre,
que si devuelve a esta mujer
no volveré a casarme jamás."
La madre escucha apenas esta demanda,
molesta, golpea su asiento y grita:
“¡Qué audacia, pequeño,
suplicar por tu esposa!
¡Ya no tendré ternura para ti
y nunca admitiré esa decisión!”
El funcionario no se atreve a hablar más,
se despide de su madre y regresa a su cuarto.
Le cuenta esta escena a su mujer,
los sollozos lo sofocan y cortan sus palabras:
“No es que yo quiera hacerlo,
¡pero mi madre me obliga!
Vuelve de forma provisoria a tu casa,
a mí me reclaman las funciones de la prefectura.
Pronto regresaré
y pasaré a buscarte.
Este designio nace del fondo de mi corazón
y no lo cambiaré por nada.”
Los gallos cantan, la aurora se aproxima.
La joven se levanta para asearse.
Se coloca su falda bordada
con cuatro o cinco adornos,
calza sus zapatillas de seda
y fija los brillantes alfileres de carey en sus cabellos;
su cinturón es de pongée[3] blanco,
finas perlas cuelgan de sus orejas;
sus dedos son largos y delicados;
su boca es roja, seductora;
avanza, flexible, voluptuosa:
¡su belleza no tiene rival!
Entra al salón para saludar a su suegra;
que la deja marchar sin impedirlo.
“Cuando era una niña”, dice la nuera,
“crecí en el campo,
apenas recibí una educación familiar,
no soy digna de ser la esposa de tu hijo.
Desde mi boda, me has llenado de regalos
¡y no sabía cómo servirte!
Hoy vuelvo con mis padres,
¡lamento dejarte la carga agotadora del hogar!”
Sale para decir adiós a su joven cuñada,
sus lágrimas caen como las perlas de un collar roto:
“Cuando vine a tu casa, pequeña,
caminabas sujeta al borde de la cama;
hoy, que soy repelida,
¡eres del mismo tamaño que yo!
Ten cuidado de servir a tus padres,
trata de ayudarlos bien.
No descuides los días siete o nueve de cada mes,[4]
y, mientras te diviertes, ¡no me olvides!”
Ella cruza el umbral, se sube al coche y parte,
su rostro está cubierto de lágrimas.
A caballo, el funcionario va delante,
en el coche, ella lo sigue desde lejos.
A veces desaparece, a veces apenas lo distingue;
a la entrada del camino principal, se reúnen.
Él baja del caballo y sube al coche,
susurra al oído de su esposa:
“Juro no separarme de ti;
regresa por el momento con tus padres.
Me uniré a mi guarnición,
pero pronto volveré.
¡Ante el Cielo, afirmo la constancia de mi amor!”
Su mujer responde:
“Estoy profundamente conmovida por tus sentimientos.
Como me amas tanto,
espero tu pronto regreso.
Tú debes ser una roca,
y yo un junco;
el junco es flexible como la seda
y la roca inquebrantable.[5]
Tengo un hermano mayor
que es de naturaleza violenta,
él no me dejará hacer lo que quiero,
este pensamiento me incomoda.”
A lo lejos se contemplan, aún agitan las manos,
porque los amantes son reacios a separarse.
Humillada, avergonzada, ella regresa con su familia.
Su madre le golpea las manos y le dice:
“¡Nunca esperé este regreso!
Te enseñé a tejer cuando tenías trece años,
la costura, a los catorce,
música a los quince,
los ritos a los dieciséis
y te casé a los diecisiete años.
Te he recomendado que no te faltes a tus deberes;
ahora, ¿por qué faltas tan graves
regresas sola, sin que yo te invite?”
“Tu hija Lan-zhi está avergonzada ante ti;
pero ella no cometió ninguna falta grave.”
Entonces, entristecida, la madre solloza.
Pasa una decena de días;
el subprefecto del lugar envía un intermediario de matrimonio
a la familia de la joven:
“El tercer hijo del subprefecto
es de una distinción e inteligencia sin par;
sólo tiene dieciocho o diecinueve años
y ya brilla con su elocuencia.”
La madre le dijo a su hija:
“Puedes contestarle.”
Con lágrimas en los ojos, su hija responde:
“Cuando Lan-zhi tuvo que dejar a la familia de su suegra,
su marido le hizo jurar repetidamente que no se separaría de él.
Si faltara hoy a ese compromiso,
¡ella tendría miedo de estar cometiendo una mala acción!
Mejor sería agradecer a este intermediario;
hablaremos de matrimonio más adelante.”
La madre le hace saber al intermediario:
“Nuestra humilde familia tiene esta joven mujer
quien, casada no hace mucho, fue obligada a regresar a su hogar.
Si ella no sabía cómo servir a un funcionario,
¿crees que sea digna del hijo de tu señor?
Me conmueve tu delicada propuesta
pero no puedo prometer nada, hablaremos de eso en otro momento.”

(Unos días más tarde, el subprefecto renueva su pedido por su adjunto; la madre todavía se niega, así que…)

El hermano mayor, habiendo escuchado este nuevo rechazo,
disgustado, aburrido,
reprende a su hermana:
“¡Eres incapaz de tener buen juicio!
Te casaste con un oficial,
ahora puedes casarte con el hijo del subprefecto:
la diferencia entre un funcionario y un hijo de subprefecto es
la que hay entre el cielo y la tierra;
con ese buen matrimonio, recuperarás tu honor.
Si no quieres casarte con este joven de una buena familia,
¿qué estás buscando?”
Lan-zhi levanta la cabeza y responde:
“Tus palabras son razonables.
Antes, dejé a mi familia para casarme,
a mitad de camino, volví a la familia de mi hermano.
Naturalmente, debo obedecerte,
¿cómo me atrevo a esperar la libertad?
Aunque le di mi palabra a aquel funcionario,
nuestra reunión nunca se efectuará.
Ve y dile al asistente
que doy mi consentimiento y que podemos celebrar la boda pronto.”

(El diputado cumple su misión, el matrimonio se arregla a fin de mes; el subprefecto envía muchos regalos preciosos, pero a la novia no le importa mucho su ajuar.)

La madre dice a su hija:
“Acabo de recibir una carta del subprefecto,
me cuenta que la fecha de la boda está fijada para mañana.
¿Por qué no preparas tu ropa?
¡No retrases el matrimonio por ese detalle!”
Muda,
un pañuelo en la boca para sofocar sus sollozos,
ella se deshace en lágrimas.
Luego coloca el canapé
cerca de la ventana que da al camino;
las tijeras y la regla en la mano izquierda,
la seda en la derecha, ella corta.
Por la mañana, termina una falda,
por la tarde, un vestido.
El crepúsculo cae;
cansada, gimiente, sale de su casa.
El funcionario se ha enterado de esta noticia,
ha tomado una licencia y regresa tan pronto como sea posible.
A dos o tres li de la aldea,
su caballo relincha.
La mujer reconoce estos relinchos,
y se apresura al encuentro de su esposo.
Tristemente, ella mira hacia a lo lejos,
sabe que él va a venir.
Él llega.
Ella palmea la silla y suspira profundamente:
“Después de nuestra última separación,
¡cuántos acontecimientos se han precipitado!
No puedo cumplir mi palabra;
pero todo esto tú lo ignoras.
Mis padres y mis hermanos
me obligan a casarme nuevamente, ¿qué esperas obtener con tu regreso?”
El funcionario le dice a su antigua mujer:
“¡Te felicito por tu suerte!
La roca es maciza,
es resistente al mal tiempo por muchos siglos;
el junco es flexible, muy flexible,
y cambia de forma de la mañana a la noche.
Conocerás la riqueza y la nobleza;
solitario, yo me iré a las Fuentes Amarillas.”[6]
“¿Por qué me estás hablando en este tono?
Tú y yo
somos dos esclavos.
Nos encontraremos en las Fuentes Amarillas,
mantengamos esa promesa.”
Febrilmente, se dan la mano,
luego, regresan cada uno a su casa.
Vivos, ya están hablando de la separación de la muerte,
¡ah!, ¡qué indescriptible tristeza!
Deciden suicidarse,
ningún obstáculo puede modificar esta resolución.
El día de la boda, las monturas relinchan,
la recién casada entra en su nuevo hogar.
A medianoche,
todo el mundo duerme.
“Mi vida debe terminar esta noche”, piensa ella,
“mi espíritu se irá mientras mi cuerpo permanece”.
Se quita la falda, se descalza,
y se arroja a un estanque límpido.
El oficial, al escuchar la horrible noticia,
sabe que la separación es eterna;
vagabundea un momento bajo de un árbol del patio,
luego, se ahorca de una rama que apunta al sudeste.

Poesía Campo y Jardín

Esta poesía se centra en la naturaleza más doméstica, la que se encuentra en los jardines y en el campo cultivado. A veces los poemas fueron diseñados para ser vistos con una obra de arte en particular, otros, pretendían ser «arte textual», que invocaba una imagen dentro de la mente de un lector.

Dentro de esta escuela poética destaca Tao Yuanming —también conocido como Tao Qian—, un poeta que renunció a un abultado sueldo como funcionario —cinco medidas de arroz— para dedicarse a la poesía y a la agricultura. En los 130 poemas que se conservan de él cantó las alegrías de la naturaleza y de la vida solitaria. Su obra A la sombra de un melocotonero en flor llegó a ser la expresión clásica del poeta en busca de una utopía.

Tao Yuanming es un verdadero ejemplo de poeta místico, algunos de autores lo consideran el «fray Luis de León chino»:

Crecí ajeno al mundo de los hechos,
dedicado de corazón a los libros y al koto(1).
Vestía ropas toscas, feliz y satisfecho,
vacío de ambiciones, pero siempre en paz.
Un día, sorpresivamente el momento llegó,
lo dejé todo y me encontré en el camino.
Preparé mi bolsa por la mañana,
cogí mi cayado y abandoné mi granja.
Lejos, lejos va el bote solitario,
sin fin, sin fin mis cavilaciones pensando en el regreso.
¿Que si ha sido largo mi viaje?…
He bajado y subido colinas por miles de millas.
Mis ojos, están agotados de tantos ríos y caminos desconocidos;
mi corazón anhela retornar a aquellas antiguas colinas y lagos.
Contemplo las nubes y me mortifican las aves lejanas,
miro las aguas y me avergüenzan los errabundos peces.
Desde el principio, el ideal de búsqueda verdadero se mantuvo en mi pecho
¿Quién dice que me dejo llevar por las formas exteriores?
Por ahora sólo seguiré el curso de los acontecimientos
y, al fin, deseo retornar a la choza del maestro recluso.

Su Hui y su poema palíndromo

Su Hui y su poema palíndromo

Una destacada poeta de la etapa de los Dieciséis Reinos fue Su Hui, de quien conservamos únicamente un poema del género huiren shi (poema palíndromo), extremadamente complejo: una joya de la combinatoria, el Xuanji Tu.

Cuenta la leyenda que Su Hui perdió el «favor» de su marido —Dou Tao con el que se había casado cuando tenía quince años— cuando este se sintió atraído por una concubina. Para consolarse e intentar atraer a su esposo de nuevo, compuso un ingenioso conjunto de 841 caracteres —un tablero de 29 por 26 casillas— que puede leerse en cualquier dirección —vertical, horizontal o diagonal— y sentido: un original, complejo y bellísimo poema de amor.

El título del poema Xuanji Tu significa ‘esfera armilar’ —una esfera armilar es un instrumento para calcular y predecir el movimiento de los planetas y las estrellas—. El poema así era un mapa para guiar a su marido «perdido» hacia ella. Al parecer, el esposo de Su Hui se conmovió al recibir tan magnífico y complejo poema y regresó con ella.

Veamos cómo construyó este maravilloso acertijo:

Una reducción simplificada y el poema original Xuanji Tu de Su Hui

Cada segmento de siete caracteres corresponde a un verso y se puede leer en cualquier dirección. Tal como explica el poeta y traductor David Hinton «al final de cada segmento aparece un cruce de meridianos y se puede elegir qué dirección tomar. Es posible comenzar en cualquier lugar, y un poema termina tras haber elegido cuatro líneas. Esta estructura general 2848 posibles poemas.»

Facsímil del original perdido

Para confeccionar este poema, Su Hui utilizó hilos de seda de cinco colores, que dividían el poema en una serie de regiones, cada una de las cuales posee un conjunto de reglas que indican cómo debe leerse el texto en esa zona.

Esta sería la traducción del poema realizada por David Hinton:

(1) https://mujeresconciencia.com/2015/06/26/el-gran-palindromo-de-su-hui/

La poesía del periodo Yongming

De entre los poetas que vivieron en torno al emperador Wu de Qi del Sur destacan Wang Jung con su poesía política que, finalmente, le costó la vida y la famosa poeta Su Xiaoxiao, conocida como «Pequeña Su». Esta escritora, cuya vida está llena de leyendas, murió con apenas 19 años dejando un legado de belleza en su poesía.

Su Xiaoxiao fue la heroína romántica de los poetas de la dinastía Tang y la protagonista de la historia Senderos románticos de Xilin en la recopilación Bellas historias del lago del oeste. Su tumba, destruida durante la Revolución Cultural, fue reconstruida en 2004 con un nuevo pabellón decorado con doce postes de poesía escritos a mano por famosos calígrafos.

Vista de la tumba de Su Xiaoxiao (Public Domain)

Podéis ver este vídeo donde cuentan la historia de la bella cortesana Su Xiaoxiao:

Uno de los poemas más conocidos de Su Xiaoxiao se titula «Canción del mismo latido del corazón» (aunque también aparece como «Canción de la tumba del oeste», «Canción del lago Xiling»o «Canción de Su Xiaoxiao»). Fue muy famoso en su época e inspiró a muchos poetas. En el texto original, el poema es un cuarteto compuesto por cuatro líneas de cinco palabras cada una:

Canción del mismo latido del corazón
Viajo en un carruaje decorado,
mi amante monta un caballo blanco azulado.
¿Dónde uniremos nuestros corazones?
Bajo el pino y el ciprés de Xiling.

La dinastía Liang y la terraza de jade

El príncipe Xiao Gang —más tarde emperador Jianwen de Liang— practicó la poesía y se convirtió en mecenas de poetas. De esta actividad poética destaca la antología Nuevas canciones de la terraza de jade, compilada por Xu Ling.

El poeta Bao Zhao

La «Terraza de Jade» es una referencia a los lujosos apartamentos de palacios a los que se relegaba a las mujeres de clase alta. La antología contiene más de seiscientos poemas centrados en la belleza femenina ideal, el amor homosexual y en la descripción de objetos de los dormitorios y salones de fiestas (instrumentos musicales, lámparas, espejos, papelería, etc.)

Dentro de esta antología destacan los hermanos Bao: Bao Zhao y Bao Linghui. De Bao Zhao sobreviven cerca de 200 poemas. La pieza más famosa es «Fu en la ciudad en ruinas (Wu Cheng Fu), una conmovedora elegía sobre la antigua capital, Guangling, arrasada durante la invasión Wei del norte.

Su hermana Bao Linghui figura en la antología Canciones Nuevas de la Terraza de Jade con siete poemas del género «lamento boudoir», donde la poeta se lamenta de la ausencia de su amante en la soledad de su tocador.

Los pájaros del aire saben que el atardecer es la hora del regreso,
sólo el que anda errante no retorna a su hogar.
Inadvertidamente pierdo el fragante aliento de las flores
y paso un tiempo inútil con el esplendor de la Luna.
Un rostro ceñudo aparece por la mañana en mi espejo,
lágrimas anhelantes manchan mi vestido primaveral.
La niebla del amanecer se desvanece sobre el Monte Wu,
a lo largo del río Ch'i se desnudan las ramas verdes.
Te espero, pero nunca vienes.
Los gansos del otoño vuelan de a dos, de a dos.

La poesía de la dinastía Tang

La mejor poesía china se escribió durante la dinastía Tang (618-906). A pesar de haber transcurrido diez siglos, se han conservado más de 49.000 poemas escritos por 2.200 poetas. Los tres poetas más famosos fueron Wang Wei, Li Po y Tu Fu. Conocieron en su juventud el esplendor de la dinastía Tang pero años después vivieron épocas de guerras y rebeliones.

Wang Wei, filósofo y pintor de tendencias budistas, describió la serenidad de las maravillas de la naturaleza; se dice que la poesía está en su pintura y la pintura en su poesía.

De sus poemas, sobreviven unos cuatrocientos, ordenados y editados por su hermano menor. No se han conservado sus pinturas, pero se sabe que influyó en pintores chinos posteriores.

También fue un notable músico, pero tampoco se conservan ninguna de sus obras musicales.

La vida de Wang Wei, un alto funcionario de la Corte imperial tuvo diversos altibajos hasta la rebelión de An Lushan que supuso su encarcelamiento por traidor cuando los Tang reconquistaron la ciudad. Tras demostrar que no había sido un rebelde, volvió a ocupar cargos importantes dentro de la corte.

Al final de su vida pudo pasar algún tiempo de relativa reclusión en su propiedad de Lantian, lo que le permitió pasar tiempo con sus amigos, con la naturaleza y volver a escribir y a pintar.

Este poema refleja a la perfección la vida de los adeptos al Tao:

OFREZCO DE COMER A LOS MONJES
DEL MONTE DE LA CALDERA VOLCADA

Esta tarde comprendí la doctrina pura y clara.
Cada día que pasa, me alejo más de las multitudes.
Hoy, mientras limpio mi cabaña,
espero a los monjes de la montaña lejana.
Vienen mis amigos de las cumbres cubiertas de nubes
a visitar esta humilde morada.
Cuando llegan, nos sentamos en la hierba,
quemamos incienso y leemos los libros del Tao.
En el crepúsculo, encendemos lámparas
y cantamos sutras, mientras avanza la noche.
En aquel momento comprendí,
que en la quietud reside el gozo;
esta vida me ofrece una paz abundante y duradera.
¿Por qué me atrae tanto la idea de retirarme?
La vida del mundo es para mí, como el vacío…

En este otro poema Wang Wei crea una atmósfera previa, evocadora, a través de la descripción de la naturaleza que predispone al lector/a para el mensaje final:

CAE LA TARDE

Cae la tarde sobre el jardín del monasterio.
Por la ventana se ven los árboles difuminados por el crepúsculo.
Los leñadores vuelven a casa cantando por los campos.
El cántico de los monjes, les responde desde el bosque.
Los pájaros acuden buscando los charcos de rocío, ocultos entre las flores.
Más allá de los bambúes, alguien está tocando la flauta.
Aún no soy viejo,
pero esta vida de ermitaño
ha cautivado mi corazón…

Li Po, también conocido como Li Bai

Li Po (también conocido como Li Bai), líder taoísta de la escuela romántica, se rebeló contra los convencionalismos poéticos y contra la sociedad en general. Apasionado e indisciplinado, creía pertenecer al mundo de los inmortales, ya que decía haber sido exiliado de este mundo. Li Po mostraba lo mejor de sí mismo cuando alababa el amor y la amistad, los placeres del vino y los aspectos majestuosos y misteriosos de la naturaleza.

Vivió casi toda su vida en la corte del emperador Hsuang, protegido por este. Fue nombrado miembro de la Academia Imperial y llevó una vida de poeta de corte, reconocido y admirado por todos hasta que la venganza de un eunuco de la corte le llevó al destierro. Llevó entonces una vida de vagabundo y, aunque fue amnistiado, nunca volvió a la corte, continuando su vida solitaria hasta que, según una tradición, murió ahogado en el río cuando, borracho, intentaba alcanzar el reflejo de la luna.

Los poemas de Li Po se caracterizan por su carácter desenfadado en la expresión, libre de todo convencionalismo, por la intensidad de sus pasiones y por su gran imaginación. Los temas de sus poemas suelen ser los clásicos, aunque destacan sus alabanzas al vino, a las mujeres, a la amistad, la guerra, el amor y el esplendor de la naturaleza.

El poema que vamos a leer a continuación es quizá uno de los más conocidos de la historia de la poesía china y representa un verdadero canto a la libertad de todo ser humano:

CONVERSACION EN LA MONTAÑA

Me preguntas por qué vivo
en las colinas verde jade.
Yo no contesto,
sonrío sin responderte, sosegado el corazón.
Caen las flores, corre al agua,
todo se va sin dejar huella.
¡Qué fascinante la flor del melocotonero
flotando en la corriente, hacia cielos y tierras
que no son de este mundo!
Este es en fin, mi Universo,
diferente al mundo de los hombres…

Li Po dio una importancia extraordinaria a la amistad, especialmente cuando sus amigos llevaban la misma existencia libre, solitaria y bohemia que a él siempre le cautivó. Podéis leer un par de poemas sobre este tema:

ALGUNAS PALABRAS DIRIGIDAS
A MENG HAORAN

Aprecio a mi amigo Meng.
Su arte y su fama,
las conocen todos los humanos.
De rosadas mejillas,
renunció al carruaje del mandarín.
De cabellos canos,
descansa entre pinos y nubes.
Como los antiguos,
sabe embriagarse con la luz de la luna.
Prefiere las flores
y no le gusta servir a los emperadores.
¿Cómo es posible ascender
a tan altas cumbres?
Sólo puedo expresar
mi admiración por su pureza…
A MI AMIGO YUAN DUANQUIU
QUE MORA EN LA MONTAÑA

Moras en la Montaña de Levante
deleitándote con la belleza del paisaje.
Desde tu lozana primavera,
te acuestas en la solitaria selva
y duermes todavía cuando el sol ya calcina.
Las mangas de tu túnica se limpian
con la brisa de los pinos.
Tu corazón y tus oídos se purifican
con el arroyo que serpentea entre peñas.
¡Cuánto te envidio!
Alejado de rumores y contiendas,
reposas con una nube diáfana
sobre tu cabeza.
MIENTRAS BEBO SOLO, A LA LUZ DE LA LUNA

Un vaso de vino entre las flores:
bebo solo, sin amigo que me acompañe.
Levanto el vaso e invito a la luna:
con ella y con mi sombra seremos tres.
Pero la luna no acostumbra beber vino,
y mi perezosa sombra sólo sabe seguirme.
Festejemos, con mi amiga luna y mi sombra esclava,
mientras aún es primavera.
En las canciones que entono vibran rayos lunares;
en la danza que ensayo mi sombra se aferra y deshace.
Los tres juntos, antes de beber, holgábamos;
ahora, ebrios, cada cual va por su lado.
¡Regocijémonos muchas horas todavía,
en nuestro extraño festín inanimado,
para encontrarnos al fin en el Río de las Nubes!
LOS CUERVOS QUE GRAZNAN POR LA TARDE

Doradas nubes bañan la muralla.
Los negros cuervos graznan sobre sus nidos,
nidos en los que quisieran descansar.
En tanto, la joven esposa suspira, sola y triste,
sus manos abandonan el telar,
sus ojos están fijos en la azul cortina del cielo,
cortina que parece separarla del mundo,
como la leve niebla oscurece el río.
Está sola: el esposo viaja por países lejanos;
todas las noches está sola en su alcoba.
La soledad le oprime el corazón,
y sus lágrimas, como fina lluvia, caen en tierra.
ESCUCHANDO LA MANDOLINA DE UN SACERDOTE BUDISTA

El sacerdote budista de Chou tiene una mandolina:
baja del Monte de las Cejas hacia el poniente,
y hace sonar sus cuerdas en mi honor.
Sus vibrantes notas se parecen al alboroto
de un bosquecillo de pinos mecidos por el viento.
Mi corazón se siente purificado
como si lo hubiesen lavado las aguas del río.
La dulce melodía se une a los lejanos tañidos de una campana.
Insensiblemente desciende, en torno, el crepúsculo,
y los montes se esfuman en la bruma ligera.
¿Cuánto podrá durar para nosotros el disfrute del oro, la posesión del jade?
Cien años cuando más: este es el término de la esperanza máxima.
Vivir y morir luego; he aquí la sola seguridad del hombre.
Escuchad, allá lejos, bajo los rayos de la luna, el mono acurrucado y solo
llora sobre las tumbas.
y ahora llenad mi copa: es el momento de vaciarla de un trago.

El poeta Tu Fu

Su amigo y rival Tu Fu, por el contrario, era meticuloso en sus esfuerzos por conseguir un realismo preciosista. Humanista e historiador, Tu Fu expresaba sus vínculos con el mundo, de manera sincera e intimista, sus afectos familiares, su amor infinito por la humanidad y su inquietud por las injusticias de su tiempo. Su poesía es un reflejo de la realidad social de la época, en ella denuncia las injusticias, los horrores de la guerra y muestra su desprecio a la soberbia, la vanidad y el lujo de la Corte Imperial.

En este poema se refleja el sentimiento de búsqueda de la paz interior:

ESCRITO EN EL MURO
DE LA ERMITA DE CHANG

Es primavera en las montañas.
Vine solo en tu busca.
Entre las crestas silenciosas
oigo el eco de las hachas: están talando árboles.
Los arroyos siguen helados todavía.
Hay nieve en el sendero.
Bajo un sol indeciso
llego a tu choza, colgada entre dos rocas.
Nada pides, nada esperas.
No ves siquiera el halo que te envuelve,
vaga luz de oro y plata,
manso como los ciervos que has domado.
¡Quiero olvidar el camino de regreso,
ser como tú, flotar,
como una barca sin remo, a la deriva!

El poeta Bai Juyi

El realismo de la obra de Tu Fu influyó en el poeta Bai Juyi (Po Chü-i), que utilizaba la poesía como un medio para la crítica y la sátira. Era un funcionario del gobierno que siempre tuvo muchos problemas por su rebeldía y su reticencia a seguir las reglas que para él eran absurdas. Escribió un poema llamado Para detener la guerra en respuesta a lo que consideraba un conflicto innecesario; cuando murió el primer ministro Wu Yuanheng rompió las estrictas reglas del protocolo funcionarial escribiendo un poema fúnebre antes que otros funcionarios de más categoría expresaran sus sentimientos. También fue acusado de no respetar la piedad filiar tras publicar los poemas Admirando las flores y El nuevo pozo, después de que su madre falleciera al caer en un pozo del jardín mientras miraba unas flores. Sus enemigos, que por entonces ya eran muchos, consiguieron degradarlo y exiliarlo a la ciudad de Xun Yang, donde se dedicó a escribir, a visitar a su amigo Yuan Zhen, a explorar cuevas y beber vino y cerveza.

De vuelta a la corte, tomó un puesto de secretario del gobierno, pero unos poemas donde criticaba la corrupción de la corte imperial, supuso un nuevo exilio. Para entonces su poesía se había hecho muy popular, ya que su estilo sencillo le permitía ser entendido por todo el mundo. Los críticos, sin embargo, decían que su poesía era demasiado sensual y sencilla y que despertaba emociones en lugar de expresar una experiencia armoniosa.

En su último cargo como gobernador de Hangzhou dedicó todos sus esfuerzos a mejorar la vida de los campesinos de su territorio —mandó reconstruir un dique que impedía que llegara el agua a sus campos e hizo construir una pasarela a través del dique para que los campesinos no tuvieran que pagar los altos precios que cobraba el barquero local—, también se dedicó a la poesía, en compañía de su amigo Yuan Zhen. Tras la muerte de este y de su hijo, se retiró a su propiedad donde disfrutaba de sus jardines y escribía poesía.

Es especialmente conocido por su poema Canción del dolor eterno que llegó a ser muy popular y que todavía se estudia hoy en las escuelas en China. Se trata del relato de la historia de amor entre el emperador Tang Xuanzong y la dama Yang. Esta dama y su familia fueron acusados de traición cuando se produjo la rebelión de An Lushan; los comandantes del emperador se negaron a detener la rebelión. si no se ejecutaba a Yang y a su familia. Así, el emperador debió permitir que su amor verdadero fuera ejecutado para ganar la guerra.

No todos los poemas de Bai Juyi son trágicos. Es famoso su poema corto sobre las lecturas de Lao Tse quien había afirmado: «Los que hablan no saben, los que saben no hablan», pero él escribió el Tao Te Ching, una obra obra de más de 5000 palabras. El poema de Bai Juyi dice así:

Me han contado que según Lao Tse
los que hablan no saben nada,
mientras que aquellos
con el conocimiento real callan;
la gente dice que Lao Tse 
realmente era un sabio; entonces,
¿por qué escribió esas cinco mil palabras?

Sus otros poemas a veces son descripciones tranquilas de una escena o paisaje, reflexiones sobre la familia y los amigos o acerca de un nuevo trabajo, imágenes con palabras de la vida de la clase obrera o simplemente observaciones sobre la vida. Veamos algunos:

EL CORAZÓN EN OTOÑO

Pocos visitantes traspasan esta puerta,
muchos pinos y bambúes crecen frente a los escalones.
El aire de otoño no entra por la pared del Este,
el viento fresco sopla en el jardín del Oeste.
Tengo un arpa, soy muy perezoso para tocarla,
tengo libros, no tengo tiempo para leer.
Todo el día en esta tierra de una pulgada cuadrada (el corazón),
sólo hay tranquilidad y no hay deseos.
¿Por qué debería hacer más grande esta casa?
No es útil decir mucho.
Una habitación de diez pies cuadrados es bastante para el cuerpo,
un poco de arroz es suficiente para el estómago.
Además, sin capacidad para manejar los negocios,
recibo ociosamente el salario del emperador.
Ni planto un solo árbol de morera,
ni cultivo una sola hilera de arroz.
Sin embargo, me alimento bien todo el día,
y estoy bien vestido todo el año.
Con una conciencia tal, y conociendo mi vergüenza,
¿por qué debería estar descontento?
EL FIN DE LA PRIMAVERA

La flor del peral se comprime y se transforma en fruto.
Los pichones nacen de los huevos de la golondrina.
¿Qué consuelo ofrece la doctrina del Tao
cuando se enfrenta la mudanza de las estaciones?
Me enseñará a ver volar los días y los meses,
sin llorar en exceso por la juventud que muere.
Si el mundo transitorio no es sino un largo soñar,
poco importa si somos jóvenes o viejos.
Siempre, sin embargo, desde que mi amigo me dejó,
y viví en el exilio en la ciudad de Chiang-ling,
hubo un deseo que no he podido dominar:
y es que de cuando en cuando, por azar, vuelva a verlo
LOS CRISANTEMOS DEL JARDÍN DEL LEVANTE

Los años juveniles me han dejado de una pieza,
y me han menguado los años maduros;
¡qué pensamientos tristes y solitarios me invaden
mientras visito de nuevo este lugar desierto y frío!
En medio del jardín me detengo, solo, largamente.
El sol está descolorido, gélidos el viento y el rocío.
La lechuga otoñal se retuerce y convierte en simiente.
Los árboles están cargados y marchitos.
Solo han quedado las flores del crisantemo,
que brotan aquí y allá bajo los setos abandonados.
Quisiera llenar un vaso con el vino que he traído.
Pero la vista de los crisantemos me detiene la mano.
En mis años jóvenes, recuerdo,
rápidamente pasaba de la tristeza a la alegría;
pero ahora, que la vejez se presenta,
los instantes de alegría son más raros.
Siempre me asusta pensar que cuando sea muy viejo
el vino más fuerte no bastará para consolarme.
¿Por qué os interrogo, tardíos crisantemos,
por qué florecéis solos en una estación tan triste?
Aunque sepa bien que no lo hacéis por mí,
quiero, a vuestra semejanza, lo poco que se pueda,
aplanar mi rostro.