La tragedia griega

Máscara de Dionisos conservada en el Louvre (Fotografía de Marie-Lan Nguyen]

La tragedia es una de las creaciones más brillantes y más densas del pueblo griego. La tragedia griega nos ofrece conflictos que arrancan de pasiones humanas constantes a través de los tiempos. Nos han llegado una parte mínima de las que se representaron y aplaudieron en la edad ateniense. Solo tenemos noticias incompletas de sus primeros cultivadores Quérilo, Frínio y Prátinas de Fliunte; conocemos los nombres y a veces fragmentos muy breves de las tragedias que escribieron los competidores de Esquilo, Sófocles y Eurípides, pero lo cierto es que solo disponemos en su integridad de obras de estos tres autores, y de ellos solo treinta y dos tragedias, pese a que se supone que escribieron más de trescientos títulos.

Los temas de las tragedias

Orestes perseguido por las Furias, de William-Adolphe Bouguereau.

La mayor parte de los argumentos proceden de mitos o leyendas épicas, aunque en alguna ocasión se tomó la inspiración de algún suceso histórico reciente, como en Los Persas, de Esquilo.

Los argumentos y temas de las tragedias griegas conservadas pueden agruparse en ciclos temáticos, entre los que destacan principalmente dos. Ambos comparten una misma estructura: un personaje afrenta a un dios al cometer algún crimen terrible y el dios lo maldice a él y a su descendencia.

El autor trágico, que jamás pretenderá desarrollar en una pieza ni incluso en una trilogía todo el contenido de las leyendas, centra su obra en uno o varios de sus episodios, a veces no precisamente los culminantes, o en una personalidad determinada, y tratará el asunto escogido en principio con fidelidad a los datos que le ofrece la tradición. Y como el espectador ateniense conoce a la perfección la trama de la leyenda podía situar sin problemas lo que veía en escena.

Ciclo de Argos-Micenas

La llamada «Máscara de Agamenón». Descubierta por Heinrich Schliemann en 1876 en Micenas. Se desconoce a quién representa.

El ciclo de Argos o de Micenas tiene como primera figura capital al rey Agamenón, que tan importante papel desempeña en la Ilíada. Agamenón había matado a Tántalo, marido de Clitemnestra, y había obligado a esta a casarse con él. Este crimen origina la maldición del linaje. Agamenón y Clitemnestra tuvieron dos hijas, Electra e Ifigenia, y un hijo, Orestes.

Clitemnestra era hermana de Helena, esposa de Menelao, esta, al huir con Paris desencadenó la guerra de Troya; y Menelao, a su vez, era hermano de Agamenón.

Cuando la expedición a Troya, organizada para vengar a Menelao del rapto de Helena, y mandada por Agamenón, llegó a Áulide, las naves quedaron inactivas por la ausencia de viento, y el adivino Calcante explicó que aquello era debido a una maldición de la diosa Artemisa a la que Agamenón había prometido que le sacrificaría el mejor fruto de un año y al ser este el año en que nació su hija Ifigenia, había que sacrificarla. Agamenón hizo ir a su hija Ifigenia a Áulide para sacrificarla, pero en el último momento, la diosa Artemisa sustituyó a la joven por una cierva y se la llevó a Táuride como sacerdotisa.

Agamenón, sentado, contempla al sacerdote troyano Crises mientras le ruega que le devuelva a su hija, tomada como botín de guerra. Mosaico hallado en Neápolis (Tunicia)

La expedición partió final con buen viento, pero al llegar a Lemnos, Agamenón abandonó en la isla al gran guerrero Filoctetes, cuya herida despedía un hedor insoportable y cuyos gritos turbaban los sacrificios. Diversos episodios muestran la hostilidad entre Agamenón y Aquiles, punto de arranque de la Ilíada.

El regreso de Agamenón, ilustración de 1879 para las Stories from the Greek Tragedians de Alfred Church.

Acabada la guerra de Troya, Agamenón volvió a su patria (Argos o Micenas). En su ausencia, su esposa Clitemnestra se había entregado a Egisto y los amantes asesinan a Agamenón a su regreso. Orestes, el hijo de Agamenón y Clitemnestra, se había refugiado en la corte del rey Fócida, Estrofios, con cuyo hijo Pílades trabó una amistad que se hará modélica. Cuando se hizo mayor recibió de Apolo la orden de vengar la muerte de su padre. Acompañado de Pílades, fue a Argos y ofreció uno de sus rizos sobre la tumba de Agamenón, detalle gracias al cual su hermana Electra conoció su llegada. Con su ayuda Orestes mató a Egisto y a su madre Clitemnestra.

El asesinato de Agamenón, ilustración de 1879 para las Stories from the Greek Tragedians de Alfred Church.

Oreste es presa de la locura y de la persecución de las erinias, o euménides, furias violentas cuya misión —entre otras— era el castigo de los crímenes; y no se libra de ellas hasta que un tribunal de Atenas debate sobre su delito y la diosa Atenea lo perdona.

Apolo le encomienda luego que vaya a Táuride en busca de su hermana Ifigenia, y lo hace acompañado de su inseparable amigo Pïlades. La empresa se logra, y con la estatua de Artemisa huyen al Ática. Orestes, establecido finalmente en la Argólida, se casa con su prima Hermíone, hija de Menelao y de Helena.

¿Os habéis hecho un lío con los nombres? Este esquema puede ayudaros:

Ciclo de Tebas

El ciclo de Tebas tiene su centro en la trágica historia de Edipo. Edipo era el hijo de Layo, rey de Tebas y de Yocasta. Layo consultó al oráculo y este le anunció que su hijo mataría a su padre y desencadenaría grandes desgracias y la ruina del linaje. Para esquivar la maldición, el rey Layo abandona a su hijo, que es encontrado por el rey Pólibo quien lo cria como si fuera hijo suyo sin que nadie, ni el mismo Edipo, conozca su verdadera identidad.Pasado el tiempo, Edipo acude en secreto al oráculo, que le comunica la misma profecía. Aterrorizado ante la posibilidad de matar a quien creía su padre, el rey Pólibo, huye del reino y se encamina hacia Tebas. Por el camino se encuentra con su verdadero padre, el rey Layo de Tebas; se suscita una discusión entre ambos sobre preferencia de paso, y Edipo lo mata; con lo que se cumple lo vaticinado por el oráculo.

Edipo llega a Tebas, donde las Esfinge —monstruo mitad león y mitad mujer— planteaba enigmas a todos los que por allí transitaban y devoraba a los que no lo resolvían. Hasta entonces nadie había resuelto los enigmas, lo que tenía aterrorizados a los tebanos.

El principal enigma que proponía la Esfinge era este; ¿cuál es el ser que anda con dos patas, o con tres, o con cuatro, y es más débil cuando utiliza más patas? Edipo respondió enseguida que era el hombre, que de pequeño gatea, de mayor camina con las dos piernas y de viejo se ayuda con un bastón. La Esfinge, despechada, se precipitó desde una roca al abismo, y con ello dio fin la calamidad que asociaba a Tebas.

Los agradecidos tebanos hicieron casar a Edipo con Yocasta, la viuda de Layo, con lo que aquel se convirtió en el rey de Tebas, pero también se casó con su madre, tal como había predicho la profecía. Al averiguar su parentesco, la reina Yocasta se suicida y Edipo se arranca los ojos.

Edipo y Yocasta habían tenido cuatro hijos: Eteócles, Polinices, Antígona e Ísmene. Los dos primeros, cuando se descubrió el incesto, expulsaron de Tebas a su padre, quien los maldijo vaticinando que se matarían mutuamente. Para evitarlo decidieron reinar en Tebas alternativamente, un año cada uno. Comenzó a reinar Etéocles, pero transcurrido el año se negó a ceder el reino a Polínices; y este se refugió en la corte de Adastro, rey de Argos, el cual le dio en matrimonio a su hija Argia. Polínices y Adastro emprendieron la campaña militar conocida con el nombre de Los siete contra tebas, en la que, en un combate frente a la ciudad, Polínices mató a Etéocles, y este, moribundo, a aquel.

Edipo en Colono, de Fulchran-Jean Harriet (1798). [Fuente: wikipedia commons]

Antígona, hija de Yocasta y Edipo, acompañó y guio filialmente a este desde que, ciego, fue expulsado de Tebas, hasta que murió en Colono, en el Ática. Antígona entonces regresó a Tebas, donde vivió con su hermana Ismene. Cuando, en la campaña de Los siete Etéocles y Polínices, los hermanos de Antígona, se matan mutuamente, el rey Creonte, hermano de Yocasta, ordena que al primero se le otorgaran solemnes honras fúnebres, pero prohibió que se diera sepultura al cadáver de su hermano. Antígona no quiso obedecer esta orden y derramó sobre el cadáver de su hermano Polínices un puñado de tierra, gesto ritual que suponía el cumplimiento del deber religioso. Creonte la hizo encerrar viva en una tumba, donde se ahorcó, y sobre su cadáver se mató su enamorado y primo Hemón, hijo de Creonte. La historia concluye con el perdón de los dioses a Edipo.

Aunque no es tan complicada como la otra historia, igual os puede resultar útil este esquema:

Como se ve, los autores trágicos buscaban plantear conflictos de enorme fuerza dramática, donde un destino inexorable obligaba al protagonista a elegir entre dos deberes contrarios, provocando el sufrimiento. En el desenlace, el conflicto acaba con la muerte del protagonista y/o de sus seres queridos.

La identificación con el protagonista hace que el espectador se debata entre el horror y la piedad, lo que produce como efecto una catarsis o purificación.

En las tragedias se utilizan procedimientos como la anagnórisis que consiste en el reconocimiento o la revelación sorprendente de la identidad de un personaje, lo que supone un giro argumental que altera la percepción de los protagonistas.

Otro de los procedimientos habituales, sobre todo en Eurípides, es el denominado deus ex machina, en la que un dios acaba resolviendo el conflicto planteado en la tragedia.

Estructura de las tragedias

Conforme fue evolucionando el género, se consolidó una estructura articulada en las siguientes partes:

  • Prólogo: monólogo o diálogo inicial en el que se facilitaba información para comprender la trama.
  • Párodos: entrada del coro con su canto.
  • Episodios: diálogos entre los diferentes personajes en los que se hacen avanzar la acción.
  • Estásimos: intervenciones del coro que se alternan con los episodios.
  • Éxodo: salida del coro al final de la obra.

Los personajes de las tragedias

Son siempre héroes o dioses que actualizan los problemas de la existencia y la relación del hombre con su destino, con el mundo, con la justicia divina o con sus propias pasiones. Se expresan con un lenguaje culto y solemne, manteniendo el decoro, es decir, que cada personaje ajuste su lenguaje a su rango y a la situación en que se encuentra.

Los principales autores de tragedias

Durante el siglo V a. C. se produjo un extraordinario desarrollo del género, sobre todo gracias a los tres dramaturgos del momento —Esquilo, Sófocles y Eurípides— cuyas obras conservadas son solo una pequeña parte de lo que debió representarse en el momento. A través de estos autores se puede observar el proceso evolutivo de la tragedia que se centra en dos aspectos:

  • Teatralidad. Aumenta el número de actores en escena y, en consecuencia, el diálogo va imponiéndose al coro.
  • Humanización. Los personajes trágicos tendrán comportamientos cada vez más cercanos a lo humano. Dicho cambio culminará en los dramas de Eurípides.